El año 2025 marca un punto de inflexión para la digitalización de las empresas medianas españolas. Cloud, inteligencia artificial y ciberseguridad forman ya el núcleo de la competitividad empresarial, pero ¿cómo abordarlos de forma práctica y aterrizada?
El informe “Global Digital Trust Insights 2025” de PwC señala que solo el 2% de las empresas han alcanzado aplicar la ciberresiliencia en todos sus procesos clave. Aunque casi el 78% aumentará su inversión en ciberseguridad este año. En mi opinión, el reto está en alinear la protección de datos y de entornos cloud con los objetivos marcados por el negocio.
Por su parte, Houlihan Lokey destaca en “From Code to Creation” la revolución que supone la IA en la ingeniería digital. Plataformas low-code, automatización y análisis predictivo permiten desarrollar productos y servicios de manera más ágil, pero también exigen procesos seguros, gobernanza clara y talento digital preparado para aplicar las nuevas tecnologías.

El estudio de Deloitte “AI-powered Cities of the Future” revela cómo la IA aplicada en edge y cloud está transformando entornos urbanos, mejorando la gestión de datos, movilidad, salud y sostenibilidad. Este modelo no deja de ser un perfecto ejemplo de como las empresas medianas que buscan escalabilidad y adaptabilidad sin perder el control sobre sus datos pueden adoptar una estrategia similar a la de los municipios de tamaño medio.
Y es que en España, las empresas de tamaño intermedio deben dejar atrás la fase de pruebas y pilotos para escalar sus proyectos digitales. Para ello, el plan práctico básico debe incluir: migración segura a cloud, despliegue responsable de IA, adopción de plataformas low-code, formación continua de equipos y blindaje de ciberseguridad desde la dirección, involucrando tanto al CISO como a los responsables de negocio.
Vales lo que produces
Por su parte el informe Cotec sobre productividad laboral en España (2025) insiste en que la adopción efectiva de IA puede mejorar entre un 2% y un 3% anual la productividad por hora trabajada, muy lejos del cacareado 30% indicado por estudios internacionales, quizás porque nuestra economía es intensiva en mano de obra de poco valor económico respecto a otros países.
Las claves para obtener mejores resultados: anticipar riesgos, cuantificar el impacto financiero de posibles amenazas, invertir en cloud y protección de datos y activar la colaboración entre áreas, rompiendo los silos tradicionales. Por último, la ciberseguridad debe ser un proceso continuo y transversal, no un elemento aislado del negocio.
Las iniciativas exitosas han conseguido escalar los casos de uso más importantes para sus empresas y España no puede quedarse atrás ante los avances en inteligencia artificial, computación edge y protección digital. La aceleración tecnológica exige visión, estrategia y una ejecución rigurosa.
La receta es clara: plan de migración cloud, despliegue adaptativo de IA en procesos y productos, gestión activa de riesgos y un liderazgo que entienda tanto el contexto regulatorio como las oportunidades de negocio. Solo así las empresas españolas podrán reinventarse y ser competitivas en el nuevo marco global.
